La educación de Gestión y Reducción de Riesgo a Desastres en la Universidad de San Carlos de Guatemala

La Gestión del Riesgo es, sin lugar a dudas, un tema de importancia y demanda social, que debe ser integrado a los procesos de capacitación en la educación básica, media y superior, en el país. Para viabilizar esta meta, en la Universidad de San Carlos de Guatemala a través de CEDESYD en los últimos años se han venido construyendo avances significativos en materia de normatividad, políticas, estrategias y programas, en aras de lograr su incorporación y apropiación en los currículos educativos.

En coherencia con los diagnósticos sobre las necesidades de capacitación a docentes, la educación para la Gestión del Riesgo debe articular los procesos de enseñanza aprendizaje a las exigencias de cada contexto educativo. La necesidad de abordar el estudio y comprensión de la Gestión del Riesgo en la Universidad de San Carlos ha crecido sustancialmente en la última década, basada en el reconocimiento de los desastres como problemas sociales, a los cuales se llega desde una construcción histórica, en la que inciden, fundamentalmente,  las debilidades de nuestros modelos de desarrollo. Por eso se busca que, desde la educación, y a través del proceso pedagógico, logremos superar el énfasis dado a la preparación para actuar en momentos de emergencia, partiendo de la reflexión y el conocimiento del entorno (natural y social)  con miras a integrar acciones de educación para la prevención, mitigación, atención, construcción y rehabilitación.  A través de los procesos de sistematización de experiencias de educación en Gestión de Riesgo y del análisis de algunos materiales educativos referidos a la temática, realizados en el marco del apoyo para la incorporación de la Gestión de Riesgo en la currícula, se hace visible la dificultad que genera no usar un enfoque común que permita conocer los alcances de los diferentes términos y conceptos relacionados con la Gestión de Riesgo, lo cual genera contradicciones al momento de la intervención. Términos como “desastre” y “desastre natural”, por ejemplo, nos sirven para ampliar la incidencia de esta dificultad, sobre todo por la asociación de su significado con eventos donde se manifiesta la ocurrencia de fenómenos naturales, como terremotos, inundaciones, vendavales, etc.; en lugar de asociarlos con la probabilidad de pérdida que estos fenómenos pueden generar, desconociendo el proceso de construcción social de los factores de vulnerable. De otro lado, conceptos como “transversalidad”, “interdisciplinariedad”,  “integralidad”, que desde los sistemas educativos vienen cobrando auge, requieren también ser abordados, en lo conceptual y metodológico, para el posicionamientos sistemático de la educación para la Gestión de Riesgo en las Propuesta Educativa Institucional. La planeación de los procesos de capacitación de docentes que se adelanten para la educación en Gestión de Riesgo, debe establecer líneas de acción, en articulación con los programas nacionales de formación para docentes, con el fin de que, a mediano plazo, la educación para la Gestión de Riesgo se integre, tanto a los procesos de formación inicial orientados según las necesidades, de los programas de profundización, actualización e inducción para docentes en servicio, a todo nivel de la Universidad.

 

Escrito por: Dr. Sergio Rivas

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